viernes, 26 de febrero de 2010

Pago Casa del Blanco duplicará sus instalaciones


La bodega manzanareña “Pago Casa del Blanco” ampliará sus instalaciones con un nuevo edificio que, con 4.000 metros cuadrados, supondrá duplicar su actual infraestructura. La empresa seguirá manteniendo su apuesta por la calidad sobre la cantidad, elaborando vino artesanal, pero sirviéndose de la más moderna tecnología. Entre sus próximos proyectos se encuentra la apertura a nuevos mercados internacionales.

En un viñedo de más de 150 hectáreas, ubicado en la carretera de Moral de Calatrava, se enclava la bodega manzanareña Pago Casa del Blanco. Una joven empresa, que en sus cerca de diecisiete años de existencia se ha situado en un lugar destacado en el panorama vitivinícola, gracias a su apuesta por la calidad y el mimo con el que se elaboran sus caldos, tal como destaca el enólogo Antonio Merino.

En Pago Casa del Blanco se combina la elaboración tradicional del vino con la tecnología más avanzada del sector. Sus modernas instalaciones cuentan en la actualidad con una superficie cercana a los 5.000 metros cuadrados, decorados cuidadosamente con estilo rústico.

Un nuevo edificio, de 4.000 metros cuadrados, gemelo y simétrico al actual, servirá fundamentalmente para complementar sus instalaciones para el envejecimiento del vino. Esto no supondrá que se duplique la producción, aunque sí aumentará ligeramente, ya que, según apunta Antonio Merino, su compromiso es con la calidad por encima de la cantidad. Una calidad que ya ha sido reconocida con numerosos premios nacionales e internacionales.

El enólogo afirmó que seguirán dimensionados a unos volúmenes pequeños, “para poder tratarlos como realmente quieren hacerlo”. Pero para ello necesitaban una zona de crianza más grande, ya que su apuesta por los vinos de largo recorrido les obliga a tener un espacio mayor para el almacenaje y el envejecimiento de sus caldos, tanto en barrica como en botella.

Ambos edificios estarán comunicados por un paso subterráneo, que unirá las dos salas de crianza. Este túnel estará climatizado y mantendrá la humedad correcta para que el vino no sufra ningún tipo de alteración al ser transportado de una a otra.

Esta ampliación también servirá para incrementar la oferta de ocio de Pago Casa del Blanco. De esta forma, se permitirá la cata y degustación de los caldos que se elaboran en la bodega, así como la visita a las instalaciones, adaptándose al más puro estilo de los “châteaux” franceses. Se prevé también el establecimiento de una tienda en la que puedan adquirirse los vinos Quixote y Pilas Bonas.

Desde que el propietario de la finca, Joaquín Sánchez, adquiera estos terrenos, la investigación y la reconversión del viñedo han sido la tónica que ha marcado su búsqueda incesante de un sello diferenciador. Así, se ha apostado por la diversificación, contando con doce variedades distintas de uva.

En cuanto a la uva blanca, en la finca de Pago Casa del Blanco pueden encontrarse las variedades Sauvignon Blanc, Airén, Chardonnay y Moscatel. En uvas tintas, destacan las variedades Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Petit Verdot, Malbec, Cabernet Franc y Garnacha. Con todas ellas se obtienen caldos de gran calidad, comercializados a través de dos marcas claramente diferenciadas, con nombres muy arraigados a esta tierra y fácilmente reconocibles fuera de nuestras fronteras, Quixote para vinos tintos y Pilas Bonas para los vinos blancos.

Quixote y Pilas Bonas están presentes en varios países del mundo y esperan ampliar esta presencia, alcanzando mercados como el mexicano. Aunque una de sus principales pretensiones en el momento actual es darse a conocer y distinguirse del resto de marcas, logrando elevar su valor comercial. Antonio Merino destaca que, desde sus orígenes, Pago Casa del Blanco se ha marcado una meta y se está trabajando duro para conseguirla en un breve, obtener para sus vinos la Denominación de Origen Pago, separándose de la actual de Vinos de la Tierra de Castilla.

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