“La Guerra de los Rose” aborda en clave de humor el fin de un matrimonio

El Área de Cultura del Ayuntamiento de Manzanares propuso para el domingo, 18 de diciembre, en el Gran Teatro, la puesta en escena de “La Guerra de los Rose”. Los reconocidos actores Carlos Sobera y Mar Regueras divirtieron al público con un montaje en el que su directora, Garbi Losada, aborda la infelicidad, la mezquindad y la realidad del ser humano en clave más cómica que en la mítica película.

Con un aforo casi completo, el Gran Teatro de Manzanares acogió el montaje teatral “La Guerra de los Rose”, dirigida por Garbi Losada e interpretada, en los papeles protagonistas, por Carlos Sobera y Mar Regueras. La obra, basada en hechos reales, narra la historia de un matrimonio (un abogado de éxito y su abnegada esposa), que ven cómo su vida se derrumba y acaban embarcados en una batalla campal por la mansión en la viven y que es lo único que tienen en común.

Carlos Sobera señala que existen algunas diferencias entre la obra teatral y la mítica película de los ochenta, aunque las dos están basadas en el texto de Warren Adler. Dijo que muchas de las situaciones son iguales, “lo que varia es el tono”. Matizó que la película era en clave más dramática y con un perfil intenso y duro, sobre todo el femenino. Añadió que tanto los diálogos, personajes y dirección en la obra teatral buscan más la comedia.

El actor describe a su personaje de Jonathan como un tipo engreído, egocéntrico y enamorado de su mujer y trabajo. Apuntá que lo que les pasa a muchos hombres, “es que no afrontan la situación de rebelión personal y emocional de sus mujeres, que reclaman una situación de igualdad”.

El actor dijo que en esta “guerra de sexos” los dos personajes pierden, “tanto la razón como la cordura y la vida”. Dijo que a pesar de que la violencia física está detrás de la obra, en ella se establece un enfrentamiento entre dos egos muy crecidos y soberbios, “que un momento determinado son capaces de perder la vida con tal de tener razón”.

La función, que se desarrolla de un tirón a lo largo de veinte escenas, que duran unos cuatro minutos aproximadamente cada una de ellas, tiene un "ritmo cinematográfico". Así, la escenografía reproduce un salón de una familia acomodada. Sobera señala que la directora pensó en ella por su simplicidad y para que tuviera más importancia visual, con el objeto de hacer entender al público porque los dos personajes luchan por ellas. Matiza que es lucha simbólica, “porque también lo harían por una simple cucharilla”.

Cabe destacar que acompañan a los dos actores Koldo Losada y Xabi San Sebastián, que ponen el contrapunto a esta pareja que llega a comportarse como verdaderos psicópatas.