viernes, 4 de noviembre de 2011

Pablo Moraga busca patrocinadores para alcanzar la sexta cumbre más alta del mundo


El Cho Oyu es con 8.201 metros de altitud la sexta cumbre más alta del mundo. Y es el objetivo más ambicioso que se marca para el próximo año el joven alpinista manzanareño Pablo Moraga Torres, que a sus 17 años ya puede presumir de haber subido el Mont Blanc y otros cuatro picos de más de 4.000 metros en los Alpes. La del Himalaya no será su única aventura para 2012. De conseguir los recursos suficientes, pretende afrontar antes otras cimas como el Elbrus y el Kilimanjaro.

Pablo Moraga Torres, que estudia 2º de Bachillerato en el Instituto “Sotomayor” de Manzanares, cumplió los 17 años en los Alpes el pasado mes de agosto, donde en dos semanas hizo cima en cinco montañas de más de 4.000 metros de altitud: Bishorn (4.153), Weissmies (4.023), Lagginhorn (4.010), Mont Blanc du Tacul (4.248)y el mítico Mont Blanc, que con sus 4.807 metros es la cumbre más alta que ha subido hasta el momento.

A pesar de ser verano, estas ascensiones alpinas fueron muy duras por las bajas temperaturas, con condiciones muy adversas, sobretodo en el Mont Blanc, con tormentas de nieve y una sensación térmica de -30 grados que estuvieron a punto de impedir que Pablo Moraga cumpliera su sueño de ascender el punto más alto de Europa Occidental.

Su progresión en el alpinismo y su espíritu aventurero le hacen afrontar con ilusión nuevos retos. Con el proyecto “Al otro extremo del desafío” pretende organizar expediciones muy seguidas el próximo año para subir muchas montañas de todo el mundo en poco tiempo, por lo que se hace necesario encontrar patrocinadores.

Entre estos objetivos figuran el Elbrus -por una ruta salvaje- y el Kilimanjaro, las montañas más altas de Europa y África, respectivamente, con casi 6.000 metros. También pretende hacer otras cimas de menor altitud pero gran dificultad, como el Ben Nevis escocés (la más alta del Reino Unido) y otras del Atlas marroquí. Todo como preámbulo a la subida al Cho Oyu, de 8.210 metros, en el Himalaya.

Moraga es consciente del peligro de la montaña, pero dice que este deporte no es más arriesgado que otras acciones. “A veces se hacen cosas más peligrosas en el botellón”, pone como ejemplo, aunque recuerda cómo en los Alpes tuvo que pasar por aristas de roca con caída de cientos de metros a ambos lados o por glaciares “minados” de profundas grietas ocultas por la nieve. “Es peligroso, pero con preparación psicológica y física no tiene por qué serlo”, añade.

Para prepararse, el joven alpinista corre a diario, va a rocódromos y, para hacer desniveles, sube y baja las escaleras de los pisos más altos que encuentra. Además, desde que con 14 años se inició en el alpinismo conquistando el Mulhacén (el pico más alto de la Península, con 3.478 metros), ha ascendido a las principales cumbres españolas. Fue en los Pirineos, cuando subió tres tresmiles en una semana (Aneto, 3.404 metros; Posets, 3.375; y Monte Perdido, 3.355 metros), cuando a pesar de terminar exhausto quedó enganchado al deporte y decidió dedicarse a este mundo. De hecho, cuando termine el instituto pretende ser técnico superior de alta montaña.

En el último año, además de los Alpes, Moraga ha tenido otras experiencias internacionales. En mayo estuvo en Rumanía, donde ascendió el pico Omu en los Cárpatos invitado por Cocu Popescu, una joven de 16 años, estrella en su país, que ha subido los volcanes más altos de cada continente, incluida la Antártida, y que en unos meses afrontará el Everest. También aprovechó un viaje familiar a la República Dominicana para intentar subir el pico Duarte (3.087 metros). Las intensas lluvias lo impidieron, pero allí compartió experiencias increíbles con la población dominicana y no duda en afirmar que volverá para ascender esa cima y llevar ayuda al poblado de El Ingenito.

Cada una de sus expediciones quedan reflejadas, a modo de cuaderno de bitácora, en el blog de Pablo Moraga (alotroextremodeldesafio.desnivel.com), donde narra sus experiencias personales aderezadas con fotos y vídeos. Y es que ha heredado de su abuelo, el desaparecido Francisco Torres Lafont, su afición a la fotografía y al vídeo. Con sus expediciones a Rumanía, República Dominicana y los Alpes ha elaborado cuatro documentales que, con el nombre “Al otro extremo del desafío”, se emitirán próximamente en la televisión municipal de Manzanares (Canal 10 TV) y se difundirán en Youtube.

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