miércoles, 20 de abril de 2011

Abstracción y figuración se mezclan en la exposición de esculturas de Abengózar

Tono Abengózar expone en el Gran Teatro hasta el 30 de abril una muestra denominada “Hierro y Vida”. Se considera “aprendiz de artista”, mezclando la abstracción y figuración. Como docente, desea que sus obras tengan forma y equilibrio. Resalta que “se necesitan el arte y la educación como lenguaje universal, en lugar de las guerras”.

El artista Tono Abengózar muestra por primera vez en el Gran Teatro una exposición de esculturas. Sus veintisiete obras de hierro y chapa, generalmente oxidadas y ensambladas en paneles de madera con empastes, pintura, pátinas y cera con marcos de madera, pintados en negro, plasman las vivencias personales y algunas anécdotas de su autor. Por ello, todas llevan su título con el objetivo de adentrar al visitante en cómo ha sido su creación.

En los treinta y ocho años que Abengózar lleva inmerso en el mundo de la enseñanza, como docente ha encontrado “una gran similitud” entre la educación de sus alumnos y la creación de esculturas de hierro. Parafraseando a Kant, el artista señala que “la educación es el desenvolvimiento de toda la perfección que el hombre lleva en su naturaleza”. Afirma que, al igual que en la educación, intenta buscar, dar forma y equilibrio a los hierros y chapas en el espacio. “El educador forma a su alumnado, igual que el artista da forma al barro, la madera y el hierro”.

Con la exposición “Hierro y Vida” ha intentado conjugar el arte abstracto y el figurativo. Muestra imágenes, generalmente distorsionadas, que están ligadas a vivencias cotidianas e incluso a sus preocupaciones más intimas.

Abengózar comenzó sus trabajos de soldadura en el Instituto Politécnico de Alcázar de San Juan. Allí encontró grandes amigos y profesores conocedores de los metales y la soldadura, iniciando sus primeras obras con los restos de material de deshecho del alumnado de Formación Profesional. Ahora, tras jubilarse como profesor de Lengua y Literatura, se dedica con gran ilusión a seguir creciendo como escultor.

Se considera “un aprendiz de artista”, y tras su retiro laboral, señala que, sigue siéndolo “porque la Educación es arte”. Añade que en estos momentos es necesario que el arte y la educación se consideren un lenguaje universal, en lugar de las guerras, “para ser personas plenas, aproximarnos a la sabiduría e intentar transformar el mundo y los desastres que nos ha tocado vivir”, concluye.

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