martes, 1 de marzo de 2011

“Sexos” arranca la carcajada del Gran Teatro de Manzanares


La puesta en escena de “Sexos”, de Pentación Espectáculos, arrancó la carcajada del público del Gran Teatro, con su divertida trama de enredo. El auditorio manzanareño, con su aforo al completo, despidió en pie al conocido elenco actoral, compuesto por Pepón Nieto, Adriana Ozores, Federico Celada, Neus Sanz y Anabel Alonso.

Tras haber sido llevada a escena en catorce localidades de Castilla-La Mancha durante la gira del primer semestre de 2011, la exitosa comedia de Pentación Espectáculos “Sexos” llegó al Gran Teatro en la noche del sábado. Esta historia de enredo, en la que se cruzan, estorban y complementan las vidas de dos parejas y de una mujer soltera, consiguió llenar el aforo completo del auditorio manzanareño.

La obra, escrita por los dramaturgos catalanes Xavier Bertrán y Pep Antón, y dirigida por este último, se estrenó en el Teatro de la Latina de Madrid, en septiembre de 2009, convirtiéndose en una comedia muy popular entre el público de la capital, con representaciones continuas a lo largo de un año y un gran éxito comercial.

Su reparto, integrado por actrices y actores célebres de nuestro país, como Anabel Alonso, Adriana Ozores, Neus Sanz, Pepón Nieto y Federico Celada, arrancó continuas carcajadas al público que llenó el Gran Teatro, con sus divertidos diálogos y sus disparatadas situaciones.

“Sexos” es una comedia agridulce sobre las relaciones de pareja o, para ser más concretos, una obra que trata de cómo llegar a los cuarenta echando de más a la mujer o al hombre que se tiene habitualmente en la cama y echando de menos a quien se querría tener.

Alberto y Cristina (Pepón Nieto y Adriana Ozores) llevan casados demasiado tiempo para que el sexo importe. O al menos eso se dicen ellos como consuelo. Isabel y Martín (Neus Sanz y Federico Celada), en cambio, llevan emparejados el tiempo justo para que él aún lo demuestre todo en la cama y para que ella aproveche todo ese despliegue de furor sexual con tal de que el reloj biológico deje de tocar a rebato y se tranquilice con un embarazo, que la obsesiona pero no acaba de llegar.

A Maite (Anabel Alonso), la desemparejada, le vale todo y todos, aunque su dependencia emocional la arrastra de terapia en terapia.

Aquejados ya del inexorable paso del tiempo y dispuestos a osadías sexuales disfrazadas de enamoramientos, Alberto y Cristina, Isabel y Martín, y Maite se afanan en buscar, sin darse cuenta, lo que ya tienen. Una historia actual y disparatadamente real, con un sorprendente final, que puso en pie al público del Gran Teatro.

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