lunes, 14 de febrero de 2011

Pastora Soler derrochó arte y simpatía en el Gran Teatro de Manzanares

Pastora Soler impregnó el Gran Teatro de arte, pasión, emoción y simpatía. En el concierto que ofreció el sábado en Manzanares, programado por el Área de Cultura del Ayuntamiento, repasó sus “15 años en los escenarios” en un viaje musical a través del pop, la copla y el flamenco. El público, entregado de principio a fin, ovacionó, piropeó y aplaudió intensamente a la artista sevillana.

Pastora Soler llegó el sábado a Manzanares, cantó y triunfó brillando con luz propia sobre el escenario del Gran Teatro en una actuación en la que condensó su trayectoria artística de quince años en algo más de una hora y media. Se puede decir que el concierto se dividió en tres partes determinadas por el cambio de su vestuario y diferenciadas por los estilos de música. Así, la primera estuvo dedicada al pop interpretando algunas de las canciones que incluye en su último trabajo “15 años” en el que recopila una selección de canciones de sus discos anteriores.

Acompañada en el escenario por los músicos Irvys Méndez (contrabajo), José María Cortina (piano), José Losada (guitarra española) y Joaquín Migallón (batería y percusión), Pastora Soler comenzó su actuación con “Lo único que sé” y “Bendita locura” tras la que saludó al público y a Manzanares y le agradeció su acogida. Seguidamente interpretó “Esta vez quiero ser yo”, “En mi soledad”, “Qué pequeña”, “Toda mi verdad”, “Dámelo ya” y “La mala costumbre”, cuya letra y mensaje emocionaron al público, para terminar con “Flor de romero”.

Aprovechando el cambio de vestuario, su marido Francis Viñolo bailó un tango para dar paso a una selección de copla que incluyó, entre otras canciones, “Limosna de amores”, “Triniá” y “Torre de arena”. Un solo de cajón a cargo del percusionista del grupo, que entusiasmó al público, propició el tercer cambio de vestuario y la formación de un cuadro flamenco para ofrecer “Tangos” y “Qué no daría yo” una pieza con la que recordó a Rocío Jurado.

Pastora Soler llenó con su presencia el escenario del Gran Teatro derrochando arte, talento, vitalidad y simpatía. Su voz resonó en el auditorio con y sin micrófono y así se pudo comprobar al finalizar el concierto, cuando obsequió con “La Lola” al público de Manzanares que estuvo volcado con la cantante sevillana durante todo el concierto y, puesto en pie, la despidió con intensos aplausos y palabras de elogio.

El concierto que ofreció Pastora Soler con gran éxito en Manzanares pertenece a la gira “15 años” que está llevando por un sin fin de escenarios españoles y que incluyó el Área de Cultura del Ayuntamiento de la localidad en su programación cultural de febrero, a través de la Red de Teatros de Castilla-La Mancha.

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