jueves, 20 de mayo de 2010

Miguel Ángel Solá y Blanca Oteyza divirtieron y emocionaron al público del Gran Teatro


“Por el placer de volver a verla”, consiguió transmitir a los espectadores del Gran Teatro los sentimientos y emociones que surgen entre una madre y un hijo a través de una puesta en escena sencilla, directa y con un entrañable sentido del humor. La obra está basada en el texto de Michel Tremblay y dirigida por Manuel González Gil. Sus protagonistas, Blanca Oteyza y Miguel Ángel Solá se decantan por hacer un teatro que hable de “gente normal que lucha cada día por la vida”.

Seis cubos y un ciclorama sobre el que se proyectan distintas imágenes de los techos donde transcurre la acción sirven como marco para presentar a Miguel, personaje que interpreta Miguel Ángel Solá en la obra “Por el placer de volver a verla” que se puso en escena el sábado en el Gran Teatro de Manzanares. El protagonista es un autor teatral que presenta su función pero que, a la vez, interpreta el papel de hijo de Nana, a la que da vida Blanca Oteyza, y que va rescatando los recuerdos junto a ella.

La obra, escrita por Michel Tremblay y dirigida por Manuel González Gil, trata las emociones, la sensibilidad, las historias humanas y cotidianas a través de un sentimiento universal como es el amor de un hijo hacia su madre. En este sentido, Oteyza y Solá manifestaron estar haciendo el teatro que les gusta hacer, “el teatro con el que el público se sienta identificado”.

La pareja lleva varios meses interpretando esta obra intimista que habla de las cosas importantes que dan sentido a la vida y de las razones por las que merece la pena vivir. Para Miguel Ángel Sola, se trata un montaje arriesgado porque “van a contracorriente” de lo que habitualmente se está viendo en los medios. La obra muestra historias cotidianas que no aparecen en las primeras páginas de los periódicos, “ habla de gente normal que lucha por la vida”.

El arduo trabajo que ambos actores realizan como productores, junto con la Compañía Concha Busto Producción y Distribución, les impide abarcar el cine y la televisión, medios en los que también hemos podido verles recientemente. Solá y Oteyza estuvieron trabajando un año en la adaptación al español de este texto que resalta "el agradecimiento de un hijo a su madre, no sólo por haberle dado la vida, sino también por haberle ayudado a quedarse en este mundo y haberle impulsado a volar".

Tras el éxito de su anterior montaje “El diario de Adán y Eva”, que mantuvieron sobre los escenarios durante diez años, “Por el placer de volver a verla” también está teniendo muy buena acogida por parte de la crítica y del público.

3 comentarios:

  1. Obra maravillosa, de un gran gusto y cuidado de los sentimientos. Dos actores únicamente y la vida pasando y repasando alegrías y tristezas de uno. En ese sentido es un tipo de teatro único, repleto de lo que ya no se encuentra: piedad, placer por haber compartido, alegría de estar vivos pese a todo. Pocos en la platea, y pido disculpas en nombre de aquellos que faltaron y me apeno por ellos, se han perdido un descanso necesario para espíritu, una palabra que aquieta y acaricia el corazón lastimado. Ella, no la conocía, es una actriz como una montaña, a él sí lo conocía de verle en cine y en televisión, muy bueno, como un hipnotizador de serpientes. Traer más obras así, por favor, y publicarlas como es debido, como merecen ser publicadas. Mercedes.

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  2. Sencillamente preciosa. Lloré recordando a mi madre, me identifiqué en muchos momentos porque soy también madre de mis hijos y quiero "ubicarlos". Me pareció de una ternura increíble. Deberían llevar a los adolescentes a verla, para que se den cuenta de que a pesar de los años de diferencia y de los roles tan diferentes, tu madre siempre es tu madre, y que es mucho mejor estar vivos los dos para disfrutar el uno el otro, y no ser un recuerdo, maravilloso si es como el de esta obra, pero mejor vivos y queriéndose, ¿no? Leticia.

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  3. Genial la interpretación de Solá, es estupendo ver como se puede dirigir y actuar a la vez. Ella es una tempestad, me encantó, nunca la había visto actuar. Y la obra es pura sencillez que te hace reír y llorar por sorpresa. María.

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