jueves, 18 de febrero de 2010
Manzanares rinde homenaje póstumo a Doña Sardina
El Entierro de la Sardina puso fin a un Carnaval que ha estado marcado por las inclemencias meteorológicas. La lluvia hizo un paréntesis y el cortejo fúnebre pudo acompañar a tan ilustre personaje para darle su último y más sentido adiós. Aunque en menor número que otras ocasiones debido a la incertidumbre por la lluvia, bastantes manzanareños acompañaron a la comitiva a lo largo de todo su recorrido, que finalizó en las inmediaciones de la Estación de Autobuses, donde se procedió a la incineración de los restos mortales de Doña Sardina.
En la tarde del Miércoles de Ceniza, Manzanares rindió su último homenaje a una de las personalidades más queridas y reconocidas del carnaval de la ciudad. A pesar de la lluvia, que durante toda la tarde cayó intermitentemente, los más allegados de la finada acompañaron al féretro en todo su recorrido por las calles de la localidad.
Entre el séquito, podía distinguirse a la viuda, la amante, los familiares cercanos y no tanto, así como una compañera de colegio, con su madre y su abuela. Debido a lo distinguido del difunto, el cortejo contó con la presencia de las altas esferas eclesiásticas y militares, que rindieron un respetuoso homenaje a Doña Sardina. Así mismo, la acompañaron en esta triste despedida una banda de música y distintos medios de comunicación que se hicieron eco del trágico suceso.
El cortejo fúnebre partió de la Plaza de San Antón y recorrió distintas calles del centro de la localidad, hasta llegar a las inmediaciones de la Estación de Autobuses, donde se procedió a la incineración del cadáver. De esta forma, Doña Sardina transitó en su último adiós por las calles Jesús del Perdón, Virgen de la Paz, Toledo y el Paseo de la Estación, arropada por sus vecinos de Manzanares.
A falta de los resultados de la autopsia y sin conocerse aún los detalles del fallecimiento, más de uno conjeturaba con los motivos de la muerte. No se descarta el infarto, a algún exceso del carnaval o incluso se ha culpabilizado de la misma a la crecida del río Azuer, aunque todo apunta a que el deceso se debió a causas naturales.
Todos los presentes tuvieron a bien, como suele ocurrir en estos casos, destacar las buenas cualidades del finado. Entre ellas, se apuntaba a su calidad “sardinera” y a su limpieza de escamas.
En el último carnaval “analógico”, un amplio equipo de MTM también quiso sumarse al cortejo fúnebre en tan especial ocasión, para darle así mismo su último adiós a la televisión analógica, que en breve pasará a mejor vida, dando paso a la TDT.
Tras la incineración del difunto, y acompañados de nuevo por la lluvia, los “Amigos del Carnaval” repartieron entre los presentes pastas en forma de sardina porque, a pesar de la época de austeridad y ayuno que trae consigo la Cuaresma, como bien dice el refrán “el muerto, al hoyo y el vivo, al bollo”. Descanse en Paz.
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