viernes, 4 de febrero de 2011

Devoción, fe y tradición en la procesión de San Blas

Con la tradicional procesión de San Blas por la “carrera” de costumbre en la tarde del jueves se cerró el tradicional ciclo de los “santos viejos” en Manzanares. Los fieles resaltaron lo milagroso que es este Santo y la fe que tienen en él. Celebraciones religiosas, concierto folk, hoguera, venta de rosquillas del santo y procesión, han sido los principales ingredientes de estas fiestas.

Las fiestas en honor a San Blas llegaron a su fin el jueves, 3 de febrero, con la procesión de la venerada imagen del santo por el recorrido habitual, seguida por un nutrido grupo de devotos, hermanos de la Cofradía, representantes de la Junta de Cofradías, y autoridades eclesiásticas y civiles, éstas últimas encabezadas por el alcalde, Miguel Ángel Pozas. La devoción y la fe estuvieron muy presentes en la jornada festiva donde una temperatura “casi primaveral” fue la nota predominante. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores “Santísimo Cristo Resucitado”.

Desde que el pasado 25 de enero dio comienzo el novenario con el rezo del rosario y las correspondientes eucaristías en honor a San Blas, hasta que el jueves 3 de febrero se celebró la procesión, pasando por los conciertos de la Asociación Cultural “Airén” y la gran hoguera, la Ermita del santo y sus alrededores han sido el centro de atención y de reunión de la ciudadanía.

Año tras año, la devoción y la fe a San Blas son la tónica habitual. Manzanareños y muchas personas de la vecina localidad de Membrilla, no faltan a esta cita. Preguntados por su devoción, un grupo de personas manzanareñas, que reside en Madrid, dijo que intentan venir todos los años para participar en las Fiestas de los Santos Viejos.

Una mujer relataba lo milagroso que es San Blas, no sólo con los males de garganta. Recordó cómo su nieto nació con un “pie torcido” y le llevaron al santo un exvoto y se recuperó rápidamente. “San Blas hace milagros”, exclamó. También se pudo comprobar como el camino de Membrilla era un devenir de fieles, con sus bolsas de rosquillas del Santo, cumpliendo un año más con su devoción.

Otra tradición es que el último día del Novenario y el día de la Fiesta, al terminar la Función y la Procesión, se de a besar la Reliquia, un fragmento de hueso del santo que conserva la cofradía generación tras generación.

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