Las fiestas de San Antón comenzaron con recuerdos y vivencias en el pregón de María Luisa del Río

Los actos en honor a San Antón comenzaron este fin de semana con el Pregón, a cargo de María Luisa del Río Navas. En el mismo acto también se presentó a la Mayorala, las Motrilillas y las Ayudaoras de las fiestas. En la fría noche del domingo muchos fueron los manzanareños que disfrutaron de la tradicional hoguera de San Antón.

Las celebraciones de los Santos Viejos, con sus concurridas hogueras, comenzaron este fin de semana con la festividad de San Antón. El sábado, 15 de enero, se llevó a cabo el pregón, primer acto oficial de estas fiestas, y que como novedad este año, no contó con la celebración de la misa. También en ese mismo acto se procedió a la proclamación de la Mayorala, las Motrilillas y las Ayudaoras de las fiestas.

María Luisa del Río, directora del Colegio “Don Cristóbal”, se mostró muy contenta y expresó su agradecimiento por haber sido elegida pregonera. Dijo que le ha servido “para revivir épocas muy bonitas”. En su pregón hizo un recorrido por todos los recuerdos y vivencias que han unido su vida con San Antón y con estas fiestas. Así, rememoró su elección como Motrililla en 1981 y su nombramiento como Mayorala en 1987.

También señaló la relación que ha existido entre el santo, el colegio de Don Cristóbal, este barrio manzanareño y la familia Del Río que, según la pregonera, siempre colaboró en el revivir de esta fiesta.

El presidente de la Hermandad, Gabriel Caballero, también aludió a ese revivir de las fiestas, que ha hecho que este sea el trigésimo pregón que se realiza y la trigésima elección de Mayorala. Añadió que, al igual que se realiza un esfuerzo para conservar la ermita, cercana ya a cumplir su quinto siglo, se seguirá trabajando para mantener esta tradición tan arraigada en Manzanares, como es la festividad de San Antón.

En la noche de domingo, víspera del día grande del Santo, como cada año, se prendió frente a la ermita la hoguera de San Antón, que muchos manzanareños no quisieron perderse a pesar del frío. Pertrechados con mesas, sillas y neveras, las ascuas de la gran hoguera sirvieron para que no faltase con qué asar a la parrilla los kilos de carne que los vecinos prepararon para cenar.

Como viene siendo habitual, se dispuso una barra, instalada junto a la ermita y coordinada por los componentes de la Banda de Cornetas y Tambores “Santísimo Cristo Resucitado”. En ella, además de saciar la sed con refrescos, cerveza y limoná, también pudieron degustarse los productos típicos de estas celebraciones, como chorizos, morcillas, montados de lomo y pinchos morunos.

En un puesto ambulante, situado frente a la barra, se ofrecían castañas asadas y paloduz, una tradición que continúa fiel a su cita con estas fiestas. Tampoco faltaron los famosos “cochinillos del santo”, de venta en el domicilio del Hermano Mayor de la Cofradía de San Antonio Abad.

Para velar por la seguridad de todos los asistentes, esta celebración contó con la presencia de efectivos de la Policía Local, voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja.