viernes, 12 de noviembre de 2010

Rodríguez resaltó la repercusión de la terminología y mitología griegas en la Astronomía


El profesor de Cultura Clásica Miguel Ángel Rodríguez Parrilla ofreció la Conferencia “Mitología y Astronomía”, en el Instituto Pedro Álvarez de Sotomayor. Esta ponencia se incluyó dentro de las Jornadas de Iniciación a la Astronomía y con ella se mostró al alumnado de 4º de ESO la relación filológica entre el mundo Grecorromano y esta ciencia.

El Salón de Actos del Instituto Pedro Álvarez de Sotomayor acogió en la mañana del miércoles, 10 de noviembre, tras el Taller de Matemáticas aplicadas a las coordenadas celestes, impartido por Ignacio Jiménez Calero, la Conferencia “Mitología y Astronomía”. Esta ponencia, a cargo del profesor de Cultura Clásica Miguel Ángel Rodríguez Parrilla, formó parte de las Jornadas de Iniciación a la Astronomía, que organiza el instituto manzanareño.

El profesor ofreció una charla para el alumnado de cuarto curso de Educación Secundaria, en la que trató de mostrar “el contrapunto filológico a las conferencias de carácter científico” que se están impartiendo en estas Jornadas. Rodríguez puso de manifiesto la repercusión de la terminología y mitología griegas en la astronomía antigua y moderna.

El ponente afirma que, al igual que ocurre en el resto de las ciencias, detrás de los términos astronómicos hay mucho de mitología. Según el profesor, el origen de esta relación entre astronomía y mitología surge en Grecia, en un mundo aún “primitivo”, por la necesidad del ser humano de creer en seres superiores, al hallarse indefenso ante las fuerzas de la naturaleza.

El pueblo griego, tal como explica Rodríguez, ostentaba un deseo de pervivencia. Este ansia de inmortalidad era satisfecho a través de la “fama”. De esta forma, los dioses plasmaban en el firmamento las hazañas de los héroes para que sirvieran de ejemplo a los mortales. Y esa costumbre se ha mantenido a través de la lengua.

Incluso en la actualidad, la tradición pervive y algunos de los descubrimientos astronómicos posteriores, han seguido recibiendo nombres relacionados con la mitología grecolatina. Así, el conferenciante pone como ejemplo una luna de Plutón, a la que se ha llamado Caronte.

Para los griegos, el universo surgió como un vacío creador, el “Caos” que describe Hesiodo, del que surge La Tierra, como fuerza cosmogónica, y de ella, Urano (el cielo), Ponto (el mar) y Ores (las montañas). A finales del siglo VII a. de C., se intenta racionalizar este pensamiento, dando lugar al surgimiento de la Filosofía.

Finaliza Miguel Ángel Rodríguez apuntando que, un pueblo tan marinero como lo era el griego, que se extendió colonial y comercialmente a través de todo el Mediterráneo, tenía la necesidad de orientarse a través de las estrellas, máxime cuando no existía la contaminación lumínica actual, que a veces nos impide contemplar el firmamento.

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