lunes, 28 de junio de 2010

Las Hermanas de la Misericordia de Sées reciben el Premio a la Mejor Labor Humanitaria




El Premio a la Mejor Labor Humanitaria 2010, que concede Tertulia XV, fue otorgado a las Hermanas de la Misericordia de Sées. Sor Gregoria Canchó, madre general de la congregación, recibió el galardón, dotado con 12.000 euros y un trofeo, de manos de Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial. Este dinero servirá para financiar la construcción de un Centro de Salud para enfermos de SIDA en Togo.

Como cada año, Tertulia XV otorgó el Premio a la Mejor Labor Humanitaria en un acto al que asistieron personalidades del ámbito político, eclesiástico, universitario, empresarial y de los medios de comunicación. La ceremonia tuvo lugar en el Salón Noble de Vinícola de Castilla de Manzanares. Previamente, se realizó una visita por las instalaciones de esta empresa y, al final de la misma, se ofreció un aperitivo, que tuvo lugar en las Naves de Crianza de la bodega manzanareña, previo al almuerzo ofrecido por Hostelería Santa Cruz.

El presidente del tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar; el Presidente de Tertulia XV, Manuel Labián; y el Presidente Honorario, Francisco López de la Manzanara, fueron los encargados de entregar el premio a sor Gregoria Canchó, madre general de las Hermanas de la Misericordia de Sées, en este acto que fue presentado por Alfonso Monsalve, gerente de Vinícola de Castilla.

El galardón a la Mejor Labor Humanitaria 2010, además de estar dotado con 12.000 euros en metálico, también está compuesto por una escultura de gran valor artístico y material, realizada en bronce macizo y plata. Se trata de una obra diseñada por el tertuliano Pablo Rodríguez y tallada a mano.

Tras mostrar su agradecimiento por el premio recibido, Sor Gregoria Canchó explicó que los 12.000 euros recibidos servirán para financiar parcialmente el centro de salud que las Hermanas de la Misericordia de Sées tienen previsto construir en Togo y que estará destinado al tratamiento, prevención y educación contra el SIDA.

En concreto, con esta dotación económica se cubrirá la mitad del presupuesto para las ventanas, las puertas y el tejado del edificio que se ha proyectado en este país africano. Así mismo, la madre general de la congregación galardonada se comprometió a informar puntualmente a Tertulia XV sobre la evolución de las obras.

Del mismo modo, señaló que este reconocimiento supone un honor para su congregación, que comparte con los valores de los que presume esta asociación, como la lucha contra la insolidaridad.

Carlos Dívar, por su parte, elogió en su intervención el aspecto humanitario y la preeminencia de lo moral, así como el valor de la amistad, que se encuentran entre los objetivos con los que nació Tertulia XV, y parafraseó las palabras de Cicerón que afirmaba que “si la amistad desapareciese sería como si se ocultara el sol”.

Dívar afirmó que con este galardón se premia “a la humildad, la belleza y la bondad, por encima de los aspectos económicos” y con él se reconoce la importantísima y bella labor que realizan las Hermanas de Sées, una congregación fundada en la región francesa de Normandía en 1823. Alabó así mismo el trabajo de quienes auxilian, incluso en el trance de la muerte, a los enfermos de SIDA, una enfermedad que calificó como “la lepra de nuestros días”.

Durante la celebración de este acto, también hubo una mención especial para la madre Marta, que recibió una placa de reconocimiento a sus cincuenta años de servicio al prójimo. La religiosa agradeció el premio muy emocionada, diciendo humildemente “que no lo merecía”. La placa le fue entregada por el presidente honorario de Tertulia XV, Francisco López de la Manzanara.

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