Manzanares vivió una noche mágica de ópera con los montajes que propuso la compañía Ópera 2001,“La vida Breve”, de Manuel de Falla y “Cavallería Rusticana“, de Pietro Mascagni. Más de cien personas entre cantantes, músicos y bailarines ofrecieron dos obras “poco conocidas” por el público, gracias a la apuesta de esta compañía de acercar grandes espectáculos operísticos, a través de la Red de Teatros de Castilla-La Mancha.
La programación cultural del Gran Teatro de Manzanares para el mes de noviembre dio la oportunidad al público de disfrutar de dos montajes operísticos de alto nivel y no muy conocidos, “La vida breve” y “Cavallería Rusticana”. El director de Ópera 2001, Luis Miguel Laínz, dijo que era una propuesta muy arriesgada, ya que estas obras atraen menos público, al ser poco populares. Pero matizó que lo importante es dar a conocer nuevas óperas como éstas.
En su opinión, “La vida breve”, de Manuel Falla es una de las grandes joyas de la ópera y la más representativa de su género en España. De la obra de este compositor contemporáneo del siglo XX, destaca las arias y las escenas de amor y desamor, junto a la orquestación. “En definitiva, una música de gran nivel”, según Laínz..
La historia se desarrolla en la Granada de principios del siglo pasado. Relata la traición de un amor. La joven gitana Salud está enamorada de Paco, un señorito presumido que le finge amor, pero la Abuela y el tío Sarvaor, conscientes del engaño, seguirán muy de cerca esta historia de deslealtad y pasión. Una narración aderezada magistralmente por los guiños a la música tradicional española que distinguen la excepcional obra de uno de nuestros más importantes creadores musicales.
La segunda propuesta de Ópera 2001 fue “Cavallería Rusticana”, de Pietro Mascagni. Según Laínz, se trata de una ópera en un acto, que se encuadra dentro de la corriente verista. Por ello, también la ha incluido en este montaje escénico. Añadió que las dos obras expresan la realidad de ese momento.
Laínz señaló que no cuentan historias épicas, religiosas o de libros fantásticos, sino historias reales. En este caso, la trama de amor transcurre en un pueblo de Sicilia durante el día de Pascua, a finales del siglo XIX, cuando Santuzza, profundamente apenada por el abandono de su amante, Turiddu, irá a buscarle. Éste ha tenido relaciones con Lola, que está casada con Alfio. Una narración con todos los ingredientes para un enredo de amor y traición lleno de intrigas y enfrentamientos.
El director de Ópera 2001 dijo que su compañía quiere ser fiel al montaje original, “sin querer pecar de innovadores”. Añadió que el problema para los dos montajes ha sido el decorado, que debía de ser diferente, pero teniendo uno común para ambos montajes y cambiando los elementos que los distingue.
Ambos espectáculos contaron con la dirección musical de Martin Mázik, la dirección escénica de Pier Francesco Maestrini y con la música de la prestigiosa Orquesta Sinfónica de Pleven, ya clásica en las producciones de Ópera 2001.
En los montajes ofrecidos en el Gran Teatro de Manzanares participó más de un centenar de personas. Laínz señaló que no solo es importante la música, ofrecida en esta ocasión por la Orquesta Sinfónica de Pleven, compuesta por 48 músicos, también los solistas, grandes estrellas de la ópera europea, junto al cuerpo de bailarines, formado por el ballet de Murcia y el coro, compuesto por 36 cantantes, junto al equipo técnico, peluqueras, maquilladoras, conductores de camiones y autobuses, entre otros.
Cabe destacar que Ópera 2001, después de veinte años de experiencia lírica en España con diferentes giras, produce espectáculos con las mejores orquestas mundiales y solistas seleccionados en audiciones para cada una de las producciones.
Las intenciones de Ópera 2001 son: buscar los mejores cantantes, dándoles la oportunidad de demostrar sus aptitudes; mantener vivas las obras más famosas del repertorio en versión original.
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